Show me the money! La motivación mercenaria.

«Show me the money!» Eso gritaba Tom Cruise, en Jerry Maguire, tras los insistentes gritos de Cuba Gooding Jr. Esta frase y otra en Mujercitas (su cuarta versión de 2019, porque si, tiene cuatro versiones y aquí una las ha visto todas, por si perdía detalle) que dice:

(se oyen aplausos, mucho mejor que lo de: «las mujeres no lloran, las mujeres facturan», es que tenía que ponerlo en un post, Shakira ha sido una musa inspiracional en mi faceta como Content Writer…)

Me llevan a crear el primer post de este año (13 años ya dando la monserga desde la atalaya) en una idea ¿por qué hablar de dinero está tan mal visto? ¿por qué indicar lo que ganas es visto como un ejercicio impúdico?.

Ladies, gentlemen bienvenidas/os al «mercenariado» y no, no pretendo que suene peyorativo.

La motivación mercenaria.

Dice la RAE (ese lugar donde la igualdad alcanza cotas jamás vistas) que este es el significado de:

Mercenario, mercenaria.

  1. 1.[soldado] Que lucha a cambio de dinero o de un favor y sin motivaciones ideológicas.»ejército mercenario»
  2. 2.[persona] Que realiza cualquier clase de trabajo por una retribución, generalmente económica, o que trabaja con el único interés de ganar dinero.

Me quedo con la segunda acepción y en línea con lo anterior, que trabaja por dinero. Ahora mismo los adalides de las esencias, lo motivadores de almas y otros esperpentos de la felicidad se echan las manos a la cabeza diciendo: ¡por favor!, el dinero no es el motivador de las personas, las personas necesitan autorrealizarse en sus trabajos, tener un propósitos, etc., etc. Pues no, amigas y amigos, hay profesionales que solo trabajan por dinero, sí, en la misma frase profesionales y dinero.

Las/os profesionales mercenarias/os y el talento.

Ahora nos hemos dado cuenta, esto va por nosotras/os, las/os que trabajamos para y por las personas (se oyen las risas desde Mordor) que hay profesionales cuya única motivación es el dinero. Dinero entendido como moneda de cambio para construir su mundo y su vida.

¿Estas/os profesionales son menos talentosos? Seguramente no, salvo que en nuestros prejuicios entendamos que hay motivaciones buenas y motivaciones malas, por no decir, perversas.

En muchos de los estudios e investigaciones sobre las nuevas generaciones el trabajo como modelo de construcción de la identidad ya no es lo principal. No es el eje principal sobre el que se sustentan el modelo de vida al que optan, por ende, muchos de ellos solo entienden como una herramienta que les proporciona los «talentos» para poder armar la vida que realmente les motiva.

¡Mostremos el dinero!

Algunas iniciativas ya van en esta línea, como la indicación de mostrar el salario en una oferta de trabajo. ¡Ups!, igual vemos que el emperador va desnudo, figurada y literalmente…

Vemos como para cuidar la experiencia de las candidaturas se sondea sobre qué salario quieren percibir y no hacer perder el tiempo a ambas partes. También, valorar a una persona que nos indique que solo quiere un empleo o cambiar a otro por dinero, intentando no arrastrar prejuicios difíciles de desterrar asociados a una visión idílica de la motivación laboral.

En un futuro, quizá en otra galaxia o con robots como compañeros, será estupendo que tod@s podamos hablar sin tapujos de lo que ganamos y saber qué perciben el resto de compañeras/os de nuestras compañías.

En resumen, igual que las percepciones férreas sobre otros aspectos de trabajo, como lo de la flexibilidad, la conciliación y otros factores empiezan a calar poco a poco, mostrar como motivación el dinero debería dejar ser un estigma para descartar a buenas/os profesionales.

¿Qué te parece la motivación mercenaria?

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